Salmo

1 SEÑOR, ¿quién habitará en Tu tabernáculo? ¿Quién morará en Tu santo monte? 2 El que anda en integridad y obra justicia, y habla verdad en su corazón. 3 El que no calumnia con su lengua, no hace mal a su prójimo, ni toma reproche contra su amigo.

Reflexión

Quizás reconozcan estos versículos como una de las canciones que cantamos en San Marcos. En ellos David se pregunta ¿quién puede estar ante Dios? Y en su respuesta describe al creyente, el que ya ha sido salvado por Dios, y quien el Espíritu Santo le ha transformado su duro corazón .
¿Quién puede estar ante Dios? El íntegro ¿Quién es íntegro? El que hace lo correcto aun cuando nadie lo vea. El íntegro lucha por ser intachable, tanto en su vida pública como privada, y se comporta como un hijo de Dios sin importar dónde o con quien esté. Y como es íntegro practica la justicia haciendo lo recto a los ojos de Dios, es el que no se desvía de la senda que Dios le ha marcado, hoy es el que camina en Cristo, y lo hace porque ama a Dios en respuesta a Su amor.
¿Quién entrará a la presencia de Dios? El que se relaciona en amor con su prójimo. Lo primero es que siempre dice la verdad, y no se atreve a mentir, porque sigue a Aquel que es la Verdad (Juan 1:14: “El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”). En un mundo donde la hipocresía abunda el cristiano debe ser conocido como alguien veraz que no es chismoso ni habla mal de su prójimo aunque no esté de acuerdo con él. El cristiano no puede levantar calumnias ¿Por qué? Porque odia al que afrenta a su prójimo pero ama al que dice la verdad (Pro 12:22: “Los labios mentirosos son abominación al SEÑOR, Pero los que obran fielmente son Su deleite.”). Lo mismo pasa con aquel que busca dañar intencionalmente a su prójimo, esa persona no podrá tener intimidad con Dios, ya que estamos llamados a a amarlo y a orar por él. Quien quiera caminar con Dios todos los días de su vida no puede ofender a su prójimo con palabras, hecho ni siquiera pensamientos porque Dios lo sabe. El verdadero creyente vive apartado del mal, así agrada a Dios y lo honra con sus actos de amor y fe. ¿Significa esto que la vida cristiana se pierde debido a nuestro comportamiento? No, la salvación del cristiano se basa en lo que Cristo ha hecho, así es que no depende de nosotros; pero nuestros actos de obediencia sí reflejan la fe que decimos tener. Si somos íntegros, justos, veraces, que no hablamos ni hacemos mal al prójimo y no lo ofendemos, entonces podemos estar seguros que tenemos una buena comunión con Dios y con nuestros hermanos.

Oremos

Padre nuestro, te agradecemos por el salmo de hoy porque nos ayuda a mirar nuestro corazón y ver si estamos viviendo la vida que te agrada. Permite que seamos íntegros en cada acto que hacemos, que actuemos con justicia cada día, que nunca abandonemos la verdad ni hablemos mal de nadie, porque sabemos que todo eso te desagrada. Permite que nuestra vida siempre sea un reflejo de Tu santidad. Te lo pedimos por Jesús. Amén.
Su pastor, Víctor.